Arrullo de Navidad en el mar

Foto:Dibujos a color

Era la mañana del 24 de diciembre en el fondo del mar.Los peces pequeños,y los mas grandes esperan cada año la maravillosa Navidad en el Mar. Los pececitos jugaban entre los corales,los peces adolescentes hablaban del Gran Baile en la discoteca de moda,las adolescentes acuáticas hablaban de vestidos y maquillajes mientras los

muchachos del mar comentaban de cómo llevarían a su pececita al Gran Baile en hermosos carruajes de coral tirados por caballitos de mar. Las señoras del fondo del mar comentaban de los corales que habían instalado en sus casas,y de las decoraciones que los pequeños peces habían hecho para la Navidad en el Mar;al mismo tiempo que comentaban de los deliciosos platos que habían cocinado para todos los parientes y amigos que llegaban de los “siete mares”. Los señores del mar comentaban de los regalos que sus hijos le habían pedido a La Gran Ballena. 
Alguien preguntó: _¿Quién es La Gran Ballena?. 
 Todos,atónitos,miraron hacia el lugar de adónde venía la voz.
Y,para asombro de todos,se trataba de un pequeño pez de color gris oscuro,con rayas color marrón. 
 El Señor Delfín le guiñó un ojo al Señor Tiburón,y dirigiéndose al recién llegado le preguntó:
 _¿Cómo te llamas?,¿de adónde vienes?.
 _Vengo de un acuario en el continente,y me llamo “Africano” porque mis padres nacieron allá,en el Lago Victoria,adónde nace el Río de los Faraones:el Nilo_respondió Africano muy orgulloso_. 
_¿Cómo sabes tanto si naciste en un acuario?_preguntó extrañado el Señor Tiburón_. 

_Lo que sucede_continuó Africano_es que mi papá y mi mamá y algunos de sus amigos fueron traídos al continente por unos seres extraños que llaman “humanos”,allí los llevaron a un acuario y la gente iba a vernos.Allí,cómo yo,nacieron muchos peces,pero con el tiempo muchos enfermaron y los “humanos” pensaron que no servía tenernos allí para que estuviéramos enfermos,y nos trajeron al mar a todos…pero,¿Quién es La Gran Ballena?_insistió Africano_. 
 El Señor Salmón que recién había llegado dijo: _Hay una leyenda muy antigua que habla de una Gran Ballena de color gris y con una enorme joroba en su lomo que cada Navidad en el Mar aparece a la medianoche y deleita a los presentes con hermosos cánticos de fe y esperanza para el Año Nuevo que comienza aquí en el Océano.Luego de la canción,la leyenda cuenta que los peces pequeños se duermen y al despertar encuentran hermosos regalos al pie de su Coral de Navidad en la sala de la casa.
Pero el año pasado,La Gran Ballena,se dice tiene mas de diez mil años,cantó muy tristemente y el año fue muy malo para los habitantes del mar.Los que tú llamas “humanos” derramaron una cosa pegajosa de color negro,y con un olor muy fuerte que ellos llaman “petróleo”,muchos amigos no lo resistieron,lo mismo le pasó a muchas aves que vuelan sobre el mar,cerca de las costas de los continentes.También los “humanos” cazaron muchas ballenas y orcas,y pescaron a muchos peces,o arrojaban cosas de un material blando,ellos lo llaman “plástico”…fue un año muy malo.
Pero ésta vez,todos tenemos esperanzas de que el canto de La Gran Ballena sea hermoso y todo sea mejor en el Nuevo Año.Por eso,han llegado amigos,y parientes de todos los mares a La Roca Azul para presenciar el canto de La Gran Ballena. Pero…¡mira!,todos se reúnen junto a La Roca Azul,La Gran Ballena va a cantar,vamos rápido… ¡Vamos Africano,apúrate!... 
 Y allá fueron todos,peces grandes y peces pequeños,peces de aguas heladas,y peces de aguas cálidas,allá fueron todos a escuchar el canto de La Gran Ballena. El rayo de luna que llegaría a la Roca Azul a la medianoche ya comenzaba a aparecer cómo un punto difuso en la superficie del mar.
Era un pequeño y brillante punto azul-plateado que se hacía cada vez mas grande y brillante hasta que casi ocupó todo lo que se podía ver.Nuestro pequeño amigo Africano estaba embelesado con tamaño espectáculo,y le preguntó al Señor Salmón:_¿y La Gran Ballena?_. 
_Ya se escuchará,silencio_pidió emocionado el Señor Salmón_. 
 Pero los minutos pasaban y La Gran Ballena no aparecía,y la luz azul-plata de la luna iba desapareciendo…y el Arrullo de Navidad no se escuchaba. Los peces murmuraban,y de repente,un ser descomunal,casi mitológico apareció de la nada. Era La Gran Ballena,enorme,de color gris y con una joroba enorme en su lomo…¡Impresionante!_pensó Africano_.
 Apareció envuelta en una hermosa luz dorada y violeta con destellos azules,verdes,de todos los colores que os puedan imaginar.Al pequeño Africano casi se le escapan unos gritos de :”¡Es ella,es ella!”. 
 Pero La Gran Ballena no cantó ésta vez los treinta minutos que normalmente cantaba cada Navidad.Era la primera vez que se dejaba ver ante todos en casi diez mil años,y no cantaba. 
Todos se preguntaban que sucedería cuando La Gran Ballena con voz de anciana dulce y cariñosa dijo: 
"Ésta vez he querido venir yo misma a ver a mis AMIGOS que se reunieron en La Roca Azul.Ya todo pasó,sé que el año pasado fue muy malo,pero ya pasó todo,y no volverá a ocurrir…estamos en un Año Nuevo en el Mar,pero gracias a la llegada de pequeños Ángeles al Mar,peces pequeños de Lagos,Ríos,y Acuarios;los que siempre hemos vivido en el Océano,libres debemos pensar en la suerte que tenemos de que ellos estén aquí en ésta Navidad Marina,y debemos tratarlos y considerarlos cómo a nuestros hijos,pero…¿de dónde vienes pequeño?_dijo dirigiéndose al pequeño Africano_ 
 Que debo contarles que estaba mas pequeño que de costumbre,y su color grisáceo oscuro había cambiado a un fuerte color rojo de la emoción y la timidez que le dio.Pero con una voz chiquita,casi inaudible respondió:
 _De un acuario_. El tono chiquito de voz de Africano y su maravilloso cambio de color provocó sonoras carcajadas entre los presentes. 
_Sé que te llamas Africano y escuché toda la historia cuando le decías al Señor Tiburón,que por cierto fue una excelente explicación. 
 El pequeño Africano seguía con sus cambios de color de la emoción que le causaba estar hablando con La Gran Ballena. 
Ésta continuó y le dijo: _¿Tú que quieres cómo regalo de Navidad en el Mar?_. 
_No sé,no se me había ocurrido pedir algo,¿Qué es lo que normalmente piden los demás?_dijo Africano_. 
_Piden canciones,consejos,historias de lugares remotos,paz entre los habitantes del Océano…pero tú que deseas_volvió a insistir La Gran Ballena_. 
_Me gustaría estar en el Lago Victoria,allá con los parientes y amigos de mi familia.Me gustaría volver adónde nacieron mis padres,y además soy un pez de agua dulce y no creo que me acostumbrara a vivir en Océano tan salado_sentenció solemnemente Africano_. 
_Los peces,o mejor dicho,los habitantes del mar,cómo prefieras llamarlos,y los que viven el lagos o ríos son todos hermanos,pero tienes razón…eres un pez de agua dulce y sería difícil acostumbrarte_dijo La Gran Ballena mientras le guiñaba un ojo enorme a Africano,tanto mas grande que el propio Africano
_.Te daré de regalo dos cosas.La primera es que cuando despiertes estarás junto a tú familia en el Lago Victoria.Y la segunda,es que debes jurar por el honor de un pez que llevarás la Navidad a los Lagos en todos los continentes_dijo La gran Ballena con una voz muy dulce_. Luego de esto,ella comenzó con su Arrullo de Navidad.
Los corazones palpitaban de emoción a diez mil por segundo.
A la Señora Delfín se le corrió el maquillaje de seis horas de preparación.A la Señora Pulpo se le quemó el Estofado de Algas que preparaba para la cena. Pero nada era mas importante que escuchar a La Gran Ballena con su bello Arrullo de navidad en el Mar. 
 El canto era mas bello que en otros años,ni la Señora Manatí,ni el Señor Cachalote que ya eran considerados ancianos habían escuchado algo tan bello en sus vidas. Los pequeños peces se fueron durmiendo de a poco,Africano incluido. 
 La Gran Ballena se acercó despacito al ya dormido Africano,lo tomó suavemente entre sus aletas enormes y comenzó otra dulce canción que decía algo mas o menos así: 

“Los Ángeles tienen sueño, 
 los Ángeles soñarán, 
 y tú,mi pequeño Africano con tus hermanos despertarás, 
 eternamente vivirás, cómo el Gran Pez de los Lagos. 
 Duerme Africano, 
 Que mañana al despertar, 
 Entre tus hermanos estarás, 
 Y nunca envejecerás”. 

Dicho esto,La Gran Ballena lo dejó sobre un suave colchoncito de algas,y dirigiéndose a los Señores y Señoras del Mar,les dijo: 

_Africano es un pez especial,por eso vine yo misma en ésta Navidad.Quería ser yo la que le comunicara esto.Cada cinco mil años nace un ser especial en el Mar.El último fue el Señor Cachalote aquí presente.Yo no volveré hasta dentro de cinco mil años,pero el Arrullo de Navidad en el Mar lo seguirán escuchando año tras año con su mente y su corazón,no sólo con sus oídos.Especialmente me dirijo ahora al Señor Cachalote,ya tienes suficiente edad y experiencia cómo para aconsejar a los demás.Desde ahora,cada vez que alguien solicite tú consejo deberás aconsejarlo…a todo el que desee escuchar.Que seguro serán todos,porque al Gran Sabio del Mar todos lo escuchan. 
_Gracias_dijo emocionado por tal honor el Señor Cachalote_. 
 La familia marina aclamaba entre vítores y aplausos al Gran Sabio Señor Cachalote. Cuando habían pasado siete minutos de euforia marina,todos se dieron cuenta de que el pequeño pez color gris oscuro a rayas,el pequeño Africano,no estaba…había desaparecido misteriosamente de su colchoncito de algas,y también La Gran Ballena desapareció cómo por arte de magia. Desde lejos se escuchó otra canción de Navidad por parte de La Gran Ballena: 

 “Sueñen ya, 
 sueñen ya, 
 que la Paz, 
 en el mar reinará”. 

 Y cómo una fiesta de Navidad no es fiesta sin un brindis.El Gran Sabio del Mar…el Señor Cachalote dijo mientras tomaba una copa de coral violeta: _El año que comienza es un verdadero desafío para todos los habitantes del Mar,será especial,y todos debemos estar juntos y ayudándonos para que las cosas estén bien en éste año.
Quisiera que brindáramos por esto,y muy especialmente por el pequeño Africano,que ya debe estar festejando con sus amigos allá en Lago Victoria,allí adónde nace el Río de los Faraones. Salud y Felicidad a todos en ésta nueva Navidad en el Mar_concluyó el Gran Sabio Cachalote_.


  ARRULLO DE NAVIDAD EN EL MAR - (c) - María Alejandra Curbelo Cal